lunes, 10 de marzo de 2008

A LA IZQUIERDA DEL ROBLE MARIO BENEDETTI

MARIA MAGDALENA CORADO

200318310




Mario Benedetti -

Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes

Autorretrato
Autorretrato

APUNTE BIOBIBLIOGRÁFICO

Mario Benedetti con su madre (1925)

Mario Benedetti nació en Paso de los Toros (Tacuarembó, Uruguay) el 14 de septiembre de 1920. Se educó en el Colegio Alemán de Montevideo y el Liceo Miranda, y trabajó como vendedor, taquígrafo, contable, funcionario público y periodista. Entre 1938 y 1941 residió casi continuamente en Buenos Aires, y, en 1945, de regreso a Montevideo, se integró en la redacción del célebre semanario Marcha; allí se forma como periodista junto a Carlos Quijano, y formará parte de su equipo hasta 1974 con la clausura de la publicación. Ese mismo año, 1945 publica su primer libro de poemas, La víspera indeleble, que no se volverá a editar.

A la aparición de su primera obra ensayística, Peripecia y novela, (1948) siguió, en 1949, su primer libro de cuentos, Esta mañana, y, un año más tarde, los poemas de Sólo mientras tanto. En 1953 aparece Quién de nosotros, su primera novela, pero es el volumen de cuentos Montevideanos (1959) --en los que toman forma las principales características de la narrativa de Benedetti-- el que supuso su consagración como escritor. Con su siguiente novela, La tregua (1960), Benedetti adquiere proyección internacional: la obra tuvo más de un centenar de ediciones, fue traducida a diecinueve idiomas y llevada al cine, el teatro, la radio y la televisión.

Por razones políticas, debió abandonar su país en 1973, iniciando así un largo exilio de doce años que lo llevó a residir en Argentina, Perú, Cuba y España, y que dio lugar también a ese proceso bautizado por él como desexilio: una experiencia con huellas tan profundas en lo vital como en lo literario.

Su amplia producción literaria abarca todos los géneros, incluso famosas letras de canciones, y suma más de setenta obras, pero entre ellas destacan sus recopilaciones poéticas Inventario e Inventario Dos, los cuentos de La muerte y otras sorpresas (1968), Con y sin nostalgia (1977) y Geografías (1984), las novelas Gracias por el fuego (1965) y Primavera con una esquina rota, que en 1987 recibió el Premio Llama de Oro de Amnistía Internacional, así como la irrepetible novela en verso El cumpleaños de Juan Ángel.


A la izquierda del roble



No sé si alguna vez les ha pasado a ustedes
pero el Jardín Botánico es un parque dormido
en el que uno puede sentirse árbol o prójimo
siempre y cuando se cumpla un requisito previo.
Que la ciudad exista tranquilamente lejos.

El secreto es apoyarse digamos en un tronco
y oír a través del aire que admite ruidos muertos
cómo en Millán y Reyes galopan los tranvías.

No sé si alguna vez les ha pasado a ustedes
pero el Jardín Botánico siempre ha tenido
una agradable propensión a los sueños
a que los insectos suban por las piernas
y la melancolía baje por los brazos
hasta que uno cierra los puños y la atrapa.

Después de todo el secreto es mirar hacia arriba
y ver cómo las nubes se disputan las copas
y ver cómo los nidos se disputan los pájaros.

No sé si alguna vez les ha pasado a ustedes
ah pero las parejas que huyen al Botánico
ya desciendan de un taxi o bajen de una nube
hablan por lo común de temas importantes
y se miran fan ticamente a los ojos
como si el amor fuera un brevísimo túnel
y ellos se contemplaran por dentro de ese amor.

Aquellos dos por ejemplo a la izquierda del roble
(también podría llamarlo almendro o araucaria
gracias a mis lagunas sobre Pan y Linneo)
hablan y por lo visto las palabras
se quedan conmovidas a mirarlos
ya que a mí no me llegan ni siquiera los ecos.

No sé si alguna vez les ha pasado a ustedes
pero es lindísimo imaginar qué dicen
sobre todo si él muerde una ramita
y ella deja un zapato sobre el césped
sobre todo si él tiene los huesos tristes
y ella quiere sonreír pero no puede.

Para mí que el muchacho está diciendo
lo que se dice a veces en el Jardín Botánico

ayer llegó el otoño
el sol de otoño
y me sentí feliz
como hace mucho
qué linda estás
te quiero
en mi sueño
de noche
se escuchan las bocinas
el viento sobre el mar
y sin embargo aquello
también es el silencio
mírame así
te quiero
yo trabajo con ganas
hago números
fichas
discuto con cretinos
me distraigo y blasfemo
dame tu mano
ahora
ya lo sabés
te quiero
pienso a veces en Dios
bueno no tantas veces
no me gusta robar
su tiempo
y además está lejos
vos estás a mi lado
ahora mismo estoy triste
estoy triste y te quiero
ya pasarán las horas
la calle como un río
los árboles que ayudan
el cielo
los amigos
y qué suerte
te quiero
hace mucho era niño



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